Nació en el seno de una familia que había regentado varios negocios de alimentación en Carolinas como la tienda de ultramarinos La Torreta, y desde 1932 sus padres tenían una panadería en la calle Maestro Alonso. A su padre ya se le conocía como 'Rafelet', y heredó el mismo apodo.

De pequeño asistió al colegio Don Varó, hasta que a los 10 años tuvo que dejarlo forzosamente. Ocurrió que su padre fue detenido por haber comprado un cargamento de harina de estraperlo y cumplió una década en la cárcel de El Puerto de Santa María (Cádiz). Así pues como hermano mayor le tocó ayudar en la panadería familiar.

Cuando su padre fue liberado, Rafelet hizo carrera en el mundo del toreo. Primero participó en una capea organizada en Tabarca por motivo de las fiestas, y luego en una corrida celebrada en una plaza móvil ubicada en la Bola de Oro. A partir de ahí participó en novilladas por toda España, e incluso por Francia y el norte de África. Llegó a formarse una peña taurina con su nombre en Carolinas formada por seguidores suyos. Pasó una larga temporada toreando en Ibiza, donde le solían llamar 'el torero de la emoción'. Tuvo como apoderado a Juan Berchel y en su cuadrilla le acompañaba como banderillero Pepe Manzanares. 

Hacia los 25 años sufrió una cogida grave en una novillada celebrada en Melilla. Por este incidente decidió retirarse de los ruedos sin haber llegado a tomar la alternativa. Aún con todo durante los siguientes años no abandonó el campo de la tauromaquia y fue empresario organizador de espectáculos taurinos tanto en Alicante como en otros puntos de España teniendo como socio a Francisco Rodríguez y a artistas como Pepe Espadero.

Se ennovió con María Dolores Córdoba, quien trabajaba de dependienta en la panadería familiar. Ambos se casaron en 1971 en la parroquía de San José de Carolinas. Tuvieron 3 hijos llamados Rafael, Francisco y Guillermo.

Cuando su padre se jubiló pasó a ser el nuevo regente de la panadería de Maestro Alonso. Se hizo famoso por su capacidad para innovar en sus productos, ya no solo en el pan sino en dulces como las toñas o salados como la coca de mollitas. Algunos le consideran incluso el creador del modelo de coca amb tonyina que todavía hoy se prepara en Alicante para las Hogueras.

El negocio prosperó hasta el punto de que Hornos Rafelet se convirtió en una franquicia con varias panaderías a lo largo de Alicante. Ganó en varias ocasiones el Premio al Comercio del Año.

En los años 80 tuvo serios problemas con el colectivo de panaderos ya que se negó a cerrar los domingos tal y como querían los profesionales del sector. Llegó a sufrir algunos piquetes en sus panaderías por esta cuestión.

Se jubiló a los 73 años, pasando los hornos Rafelet a sus hijos. Durante su jubilación dedicó gran parte de su tiempo a plantar y cuidar árboles en una finca que poseía en la carretera Muchamiel-Busot.

Falleció a la edad de 85 años.

FUENTE:

- Rafael Gregori (su hijo)