Penalva Urios, Francisco
Nació en el seno de una familia humilde. Su madre trabajaba de lavandera en el Convento de Santo Domingo.
Se ordenó sacerdote y acudió a la Universidad orioliana para estudiar Filosofía y Humanidades. Ingresó en el convento dominico de Murcia. Luego de la Desamortización de Mendizábal perdió su residencia y volvió a Orihuela para trabajar de profesor.
Hacia la década de 1840 se mudó a Alicante, donde ejerció como catedrático de Religión y Moral en el Instituto de Segunda Enseñanza. Dio clases a Eleuterio Maisonnave y Rafael Altamira, entre muchos otros.
Tras fracasar la sublevación dirigida por Pantaleón Boné en 1844, Francisco Penalva fue de los pocos que se atrevió a pedir clemencia para los apresados. Sin embargo, sus peticiones fueron desoídas y hubo 24 fusilados.
Más adelante ejerció de cura en la Iglesia de Santa María. En 1854 es nombrado por la reina Isabel II nuevo abad de la Colegiata de San Nicolás, cargo que ostentó durante los 25 años restantes de su vida.
Ese mismo año Alicante sufrió una dura epidemia de cólera. Francisco Penalva, a diferencia del obispo Félix Herrero y otras autoridades eclesiásticas, no desoyó la petición del gobernador Trino Quijano y permaneció en la ciudad. Tuvo una destacada labor ayudando a los enfermos.
También ayudó significantemente a los enfermos en la epidemia de fiebre amarilla que aconteció en 1870. Pocos años después en 1873, cuando los cantonalistas cartageneros bombardearon Alicante, el abad Penalva lideró la construcción de un improvisado hospital en el convento de las Agustinas donde atendió a los heridos que le fueron llegando fruto de esta fallida invasión. El propio general Martínez Campos le agradeció posteriormente toda su labor.
Le propusieron hasta 3 veces ser obispo de Alicante, pero Francisco siempre declinó el ascenso. Recibió varias condecoraciones y distinciones como la de comendador ordinario de la Real Orden de Isabel la Católica, caballero de la Real Orden de Carlos III, predicador y capellán honorario de Su Majestad, y medalla de Oro de la Cruz Roja.
Escribió algunas obras. Tuvo especial éxito su “Manual de Moral y Religión para el uso de la niñez estudiosa”.
Pero por lo que más destacó fue por su oratoria. De hecho, le llamaron frecuentemente para dar pregones de las fiestas de la comarca, como las de Muchamiel, San Vicente, San Juan o Villafranqueza.
Falleció a los 67 años. Desde 1904 la plaza ubicada delante de la iglesia de San Nicolás lleva el nombre del abad Penalva.
FUENTES:
- Las Provincias (www.lasprovincias.es)
- La Verdad (www.laverdad.es)